domingo, 23 de octubre de 2011

Sólo por si acaso...

Solo por si acaso, recuerde que el olvido es la peor derrota y la memoria se alimenta todos los días
Solo por si acaso, lleve en el bolsillo el número de un buen amigo que pueda darle refugio en las persecuciones físicas y mentales
Sólo por si acaso, recuerde que la VERDAD, así, con mayúscula, quizá no exista, pero qué felices nos pueden hacer nuestras verdades con minúscula y mucho más, el camino que recorremos para hallarlas
Sólo por si acaso, lleve en su bolsa una hoja en blanco y un lápiz para que pueda inmortalizar sus más profundos pensamientos y también los más banales
Sólo por si acaso, recuerde que hay gente que no recibe llamadas después de las 10 p.m. y otros tantos que darían cualquier cosa porque el teléfono interrumpa su insomnio
Sólo por si acaso, tenga en cuenta que en las noticias nunca hablan de la mayoría y a la vez la mayor parte de los productos del mercado no están hechos para nuestro beneficio
Sólo por si acaso, recuerde que el dinero no lo es todo, pero ¡qué oportunos serían esos 100 pesos para poderse ir en buseta hacia ese lugar donde está lo realmente importante!
Sólo por si acaso, tenga presente que estas son sólo mis palabras, puede que usted tenga otros salvavidas o pueda hacer una lista totalmente diferente a esta y de todos modos, será válida.

domingo, 16 de octubre de 2011

¡No más niños en mi puerta!

Esta mañana estaba en la acera de mi casa lavando la bici con mi hijo, cuando llegó una mujer de más de cuarenta años con una tierna niña que si acaso alcanzaba los 3, que mientras sacaba algo de su pequeña maleta me decía: ¿usted sabe quien es Dios?
No pude menos que expresar mi indignación por tan descarado cuadro, ¿cómo es que mientras en este país muchos estamos por la solución negociada del conflicto armado o por la educación pública y para todos, un padre de familia o en este caso una madre, si es que lo es, utilice a una pequeña para hacer propaganda religiosa?
Está visto que en este país la vida que menos vale es la de los niños. Aquí se les trafica y se trafican drogas con ellos, se les hace parte en el conflicto armado como víctimas y como victimarios, se les prostituye y se les asesina, se les usa para vender de todo, hasta religiones e ideas políticas, se les niegan sus derechos fundamentales, se les usa como mendigos y se les obliga a trabajar en tareas que no son propicias para ellos.
Entonces, mientras las sectas religiosas deambulan los domingos por la ciudad profetizando a través de niños y jóvenes el milagro que nunca ocurrirá, o el Apocalipsis que en realidad ya estamos viviendo, se va pasando la vida de esos niños y jóvenes y con ello se pasan sus oportunidades de soñarse, pensarse y crear otro mundo, porque el que han construido los adultos, incluso a través de esas ideas religiosas que tanto predican, no es suficiente para garantizarle a sus niños unos mínimos de dignidad, libertad o justicia.
Yo no sé quien es Dios, sospecho que es una idea de alguien que quería que yo no pensara otra cosa. Lo que sé es que si dios fuera ese personaje maravilloso, benevolente y sabio que describen las escrituras “sagradas”, tendría que saber que los niños tienen mejores cosas que hacer un domingo que andar haciéndole propaganda, es más, si ese dios bueno existiera, no necesitaría que nadie lo promoviera, sus acciones serían suficientes para ello.  

¡Resistencia!


Resistir.
(Del lat. resistĕre).
1. tr. Tolerar, aguantar o sufrir.
2. tr. Combatir las pasiones, deseos, etc. U. t. c. prnl.
3. intr. Dicho de un cuerpo o de una fuerza: Oponerse a la acción o violencia de otra. U. t. c. tr. y c. prnl.
4. intr. Dicho de una persona o de un animal: pervivir. Este coche todavía resiste.
5. intr. Dicho de una cosa: durar ( continuar sirviendo).
6. intr. Repugnar, contrariar, rechazar, contradecir.
7. prnl. Dicho de una persona: Oponerse con fuerza a algo. Se resistió a ser detenido.
8. prnl. Dicho de una cosa: Oponer dificultades para su comprensión, manejo, conocimiento, realización, etc. Este problema se me resiste.

Esta palabra es muy vigente últimamente en el argot de las organizaciones sociales, populares y universitarias, por ello llevo días preguntándome cual de las ocho acepciones de ella que se describen en el diccionario de la real academia es a la que se refieren tales organizaciones.
Pareciera muy obvio pensar que cuando hablamos de resistencia, de resistir, pensamos en la opción de oponernos, de rechazar. Sin embargo, ¿será suficiente el rechazo a una política, a una ley, a una acción del Estado Colombiano, de las multinacionales o incluso de los actores armados del país?
Pues bien, la marcha actual de los acontecimientos en el país nos muestra que rechazar, resistir a través de la oposición, no es suficiente, pues se corre el riesgo de que tal resistencia se convierta en tolerancia, en esa acción de muchos colombianos que terminan por aguantarse y hasta sufrir ilimitadamente la injusticia cotidiana de nuestro país.
Así, la mayoría de la gente, entre oponerse y aguantar, termina combatiendo sus propias pasiones, sus deseos de hacer de éste un lugar mejor para vivir, con calidad de vida para todos y de esta manera siguen resistiendo, continúan sirviéndole a una forma social, política y económica que los oprime, les hurta su dignidad, en nuestro caso, se vuelven hijos de un sistema educativo que se resiste a permitirles el verdadero conocimiento y realización a través de la privatización, la corrupción y la inequidad.
Por todo lo anterior, quiero retornarles la pregunta, cuando hablamos de resistencia en la Universidad, ¿de qué estamos hablando? O más bien, ¿de qué queremos hablar y qué queremos hacer? Hoy está todo por hacer y estoy convencida que debemos hacerlo juntos.