jueves, 5 de julio de 2012

¡Querido pórtate como un salvaje!



Es probable que cuando usted lea esta frase pasen por su mente ideas muy diversas. Algunos quizá imaginarán un verdadero salvaje, rudo, atrevido,  uno de esos hombre que te hacen volar los botones de la blusa al desnudarte. También hay quienes pensarán en que se pide un hombre descuidado, desordenado o sin modales.

Pues bien, la idea es en realidad otra. Creo que muchas mujeres concuerdan conmigo en que la mayoría estamos cansadas de esos hombres que van a lo que van, que olvidaron la importancia de la conquista previa, a quienes ya no les importan esos detalles de fina coquetería que tanto nos cautivan a nosotras.

Ente los animales salvajes encontramos una amplia variedad de maneras a través de las cuales las  diversas especies cortejan y conquistan a sus parejas. Entre las aves, por ejemplo, desde extender bellos plumajes como lo hacen los pavos reales, o bailar como la paloma hasta conmover a la hembra, hasta construir bellos nidos como los gorriones o los pájaros tejedores.

Aquellos que llamamos salvajes parece que han pensado en todo. Los caimanes por ejemplo, atraen a sus hembras mediante un canto que sólo ellas pueden percibir. Pero ellos no son los únicos que acuden a la música para conquistar a su pareja, Las grullas canadienses, que se unen de por vida, realizan un canto y una danza muy elaborados para formar y fortalecer sus vínculos de pareja. Empiezan con un dueto largo y staccato, que se transforma en una danza explosiva en la que rueda, se encogen, saltan hacia arriba y baten las alas varias veces antes de caer a tierra.

Algo parecido ocurre con los cisnes, estos animales realizan  movimientos del cuello, giros laterales de la cabeza, emiten sonidos y hunden varias veces la cabeza en el agua. El acercamiento del cisne a la hembra y los movimientos que realizan juntos se parecen a un baile. A menudo los dos cuellos forman la figura de un corazón.

Entre los mamíferos encontramos el ejemplo del lobo ibérico que en la temporada de apareamiento, se vuelve muy cariñoso anticipándose al ciclo de ovulación femenino. Luego de formarse, la pareja de lobos se aleja de la manada. Los dos pasan un largo tiempo aislados en su luna de miel.

Pero esa galantería, afectuosidad, cariño, coquetería y sentido de protección que se observa en múltiples especies incluso de animales invertebrados, parece irse perdiendo con el tiempo entre los seres humanos. No obstante, aún podemos hacer algo para que esto no ocurra, por eso cuando ella te pida que te portes como un salvaje no te está pidiendo simplemente que seas indomable o tosco; en cambio, te pide que aprendas de los maestros animales y la cortejes, la seduzcas en eso que algunos llamamos momentos previos, que sepas conquistarla y por qué no, que le arranques la ropa y hagas volar los botones con apasionamiento. 

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